Conservatorio Franz Liszt, 28 de noviembre de 2007.
Uno de los puntos a atacar en el taller era la falta de comunicación entre los músicos. En busca de maneras de escucharse y entrar en relación en el escenario, se llegó al siguiente ejercicio: Durante las improvisaciones se buscaba desencontrarse intencionalmente en las velocidades del pulso. Otros desencuentros también eran permitidos. Era como buscar la sonoridad de varias estaciones de radio sonando al mismo tiempo. Lo que uno improvisa no es afectado ni afecta al otro. Descubrimos que:
a) El esfuerzo necesario para incomunicarse intencionalmente genera una gran cantidad de energía y concentración.
b) La atención necesaria para realizar el ejercicio hace que uno escuche más a los otros músicos.
c) Al intentar la incomunicación, se consiguió de manera más fuerte la comunicación.
d) Al aceptar la incomunicación como un elemento de trabajo, se elimina la resistencia y deja de ser un enemigo (aquello a lo que te resistes, persiste; creo que la frase es de Jung). De la misma manera, llegamos a la fiesta buscando lo siniestro. La enantiodromía como herramienta de trabajo: se invoca lo que se quiere a través de su opuesto. Dicho a la manera medieval: El fundamento del arte es el Sol y su sombra.
e) El aburrimiento del público pasó de considerarse una amenaza a considerarse un indicador de calidad. Y el error, la principal fuente de aprendizaje.
El ejercicio de la incomunicación y los otros ejercicios del taller desarrollan habilidades en los músicos y no se ocupan de manera obligada en los conciertos. Sin embargo, en los 4 ejemplos que pongo a continuación, se puede detectar el juego con el desencuentro intencional y la llegada del carácter festivo (bailable) al buscar lo atmosférico oscuro.
Única instrucción que fue obligada para el concierto: Improvisar sin parar durante 45 minutos; el riesgo es una herramienta para la concentración.
a) El esfuerzo necesario para incomunicarse intencionalmente genera una gran cantidad de energía y concentración.
b) La atención necesaria para realizar el ejercicio hace que uno escuche más a los otros músicos.
c) Al intentar la incomunicación, se consiguió de manera más fuerte la comunicación.
d) Al aceptar la incomunicación como un elemento de trabajo, se elimina la resistencia y deja de ser un enemigo (aquello a lo que te resistes, persiste; creo que la frase es de Jung). De la misma manera, llegamos a la fiesta buscando lo siniestro. La enantiodromía como herramienta de trabajo: se invoca lo que se quiere a través de su opuesto. Dicho a la manera medieval: El fundamento del arte es el Sol y su sombra.
e) El aburrimiento del público pasó de considerarse una amenaza a considerarse un indicador de calidad. Y el error, la principal fuente de aprendizaje.
El ejercicio de la incomunicación y los otros ejercicios del taller desarrollan habilidades en los músicos y no se ocupan de manera obligada en los conciertos. Sin embargo, en los 4 ejemplos que pongo a continuación, se puede detectar el juego con el desencuentro intencional y la llegada del carácter festivo (bailable) al buscar lo atmosférico oscuro.
Única instrucción que fue obligada para el concierto: Improvisar sin parar durante 45 minutos; el riesgo es una herramienta para la concentración.
CONCIERTO 2 DE INVESTIGACIÓN
Extracto I
El violín intenta mantenerse fuera del pulso del piano.
CONCIERTO 2 DE INVESTIGACIÓN
Extracto II
Se busca desencuentro en las velocidades del pulso y carácter “siniestro”. Se consigue encuentro rítmico y, curiosamente, el momento Pop bailable del concierto.
CONCIERTO 2 DE INVESTIGACIÓN
Extracto III
Este extracto corresponde a una laguna en medio del concierto, un momento peligroso de vacío. La música busca una dirección a través de las flautas. El piano y la percusión acompañan. El sonido de aire en las flautas y el raspado en las cuerdas del piano atraen a la voz de una de las cantantes en forma de un jadeo y un suspiro; este momento, en el contexto del concierto en vivo, se percibe como aparición de sentido. La pausa antes del jadeo y el suspiro dura lo justo, más allá de ningún cálculo o razonamiento posibles: ocurre como si la voluntad de forma correspondiera a la música, no a los músicos.
CONCIERTO 2 DE INVESTIGACIÓN
Extracto IV
El error como elemento constructivo. Este debió ser el final del concierto. Sin embargo, en el momento justo para dejar de tocar (en el que he cortado este extracto) alguien intentó levantar otra vez la música, creando una pésima imitación del momento Pop (extracto II). Se quiso forzar un happy end. En 40 minutos de concierto se generó suficiente memoria y ocurrieron suficientes cosas como para que incluso el error fuera ya parte de la forma. Lo que pudo crear la música en el momento Pop, no lo pudo crear el ego de un músico en el final del concierto. Esto, explicado con palabras no significa nada. Experimentado por los músicos y el público, es aprendizaje para ambas partes. Es como volver a ubicar a la música en la educación. No hay nada en el entendimiento que no haya estado antes en los sentidos (la cita es medieval: nihil est in intellectu, quod non antea fuerit in sensu). Así, un error musical provocado por el ego de un músico, en lugar de frustrar el concierto se convirtió en una experiencia significativa.
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